domingo, 9 de septiembre de 2018

Medusas aguamar



Dentro del mundo de las medusas existen varias especies, cada una de las cuales tiene sus propias características y especificidades. Por tanto, si somos picados por alguna en nuestras incursiones en el mar y las playas, lo ideal para un tratamiento efectivo que alivie el dolor y la irritación lo antes posible es conocer por qué especie fuimos picados.
Una especie muy común en las áreas costeras del nordeste del océano Atlántico, sobre todo en Irlanda y el mar del Norte aunque también en el Mediterráneo y en las costas de Sudáfrica, es la medusa aguamar, nombrada en inglés Compass jellyfish y de nombre científico Chrysaora hysoscella.
A esta especie dedicaremos hoy el presente artículo, mediante el que podrás conocer a fondo sus características esenciales.

Hábitat de la medusa aguamar
Las medusas aguamar son organismos marinos que viven en aguas frías o templadas, entre cuatro y 28 grados Celsius, preferiblemente cercanas a regiones continentales.
Los adultos con frecuencia han sido vistos en la superficie, pero cuando esto sucede su apariencia es muy áspera. Lo normal es que habiten a profundidades cercanas a los 27 metros o a medio metro del lecho marino, aunque pocas veces pueden encontrarse en aguas cuya profundidad exceda los 30 metros.


Características de las medusas aguamar
De adultos, las aguamar tienen un cuerpo similar al de otras medusas con simetría radial. El tamaño de su campana, achatada y con forma de platillo, lo que le facilita sus desplazamientos, puede variar entre tres y 43 centímetros, con un diámetro medio de 15,31 centímetros y un peso entre 0,2 y 2,4 kilogramos.
La coloración de la superficie superior de dicha campana varía en distintas tonalidades de marrón y tiene marcas en forma de V alrededor de un punto central.
Estas medusas tienen tentáculos extensibles y retractables, agrupados en ocho trios. Los mismos poseen células urticarias que desprenden veneno para capturar a sus presas y órganos sensitivos que le permiten detectar luz y responder a otros estímulos.


Movimiento y comportamiento
El animal se desplaza valiéndose de movimientos de su campana para bombear agua e impulsarse adelante. También pueden moverse en vertical en una misma columna de agua durante varias horas, cerca de la superficie aunque sin emerger a ella del todo.
A pesar de este relativo control de su posición, las medusas son arrastradas por las corrientes oceánicas, por lo que no mantienen rangos territoriales ni tienen territorios bien definidos.  
De igual forma, las medusas aguamar son solitarias o lo que es lo mismo, no viven en grandes grupos o colonias.


Reproducción de la medusa aguamar
Las medusas aguamar pueden reproducirse sexual y asexualmente.
El tiempo que le toma a una ephyra (larva de medusa) convertirse en una adulta sexualmente madura gira en torno a unos pocos meses, generalmente comprendidos entre la primavera y el verano en las regiones norteñas.
La reproducción sexual se produce cuando un macho funcional de la especie libera esperma desde su boca y esta es tomada por una hembra. Por lo tanto, la fertilización es interna y después de que se produce, las larvas son liberadas por la hembra y nadan libremente hasta que unos días después se asientan como pólipos.

Esperanza de vida
La duración de un ejemplar ronda el año. Entre los meses de junio y agosto se estima que el 95 por ciento de las medusas experimentan un rápido período en el que emergen y nadan a la orilla hasta que mueren.
Las causas de esto son desconocidas, pero existe la hipótesis a partir de varios estudios de que se debe a que las medusas adultas mueren después de liberar sus gametos y por eso son arrastradas hasta la orilla.


Alimentación
Esta especie se alimenta de otros invertebrados marinos, fundamentalmente larvas, y plancton. Mediante sus cuatro tentáculos orales mueven la comida hacia la boca, subyugada previamente gracias al veneno desprendido por las células urticarias.
A su vez, las medusas aguamar pueden servir de alimento a determinadas especies de tortugas marinas y peces.
En ese sentido, diversos estudios demuestran que las medusas pueden incursionar en aguas más profundas de las que está cuando se sienten amenazadas por potenciales depredadores.


Impacto para los humanos
Como consecuencia del cambio climático y la lucha entre medusas y peces por presas para su alimentación, el número poblacional de las primeras se ha incrementado, provocando una disminución estimada en el número de peces durante los próximos 20 años.
El cambio de dominación de los peces hacia las medusas tiene igualmente un impacto negativo en la industria pesquera. Pueden además estropear las capturas de peces al echar a perder las redes de arrastre.
La especie ha sido conocida por interferir con la generación eléctrica de navíos al obstruir las entradas de corriente y dificultar la minería de diamantes en el mar al bloquear la succión del sedimento.
Igualmente puede ocasionar daños a los humanos al picarlos por el roce o contacto, lo que irrita la piel y provoca heridas dolorosas, pero no severas.


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